HABLANDO EN SERIO
Hablemos de usted.
Usted no vale céntimo,
si usted no ha sido albañil,
zapato chueco,
huérfano.
Espejo de mil caras,
cuchillo de mil filos,
abogado de pobres
y nigua al mismo tiempo.
Usted
debe aprender a vivir,
no confíe ni en su mamá
y tenga a mano un perro.
Usted
posiblemente
no llegará a Presidente de la República,
ni a ocupar
un importante puesto en el Distrito.
No importa,
a lo mejor su país
no tiene distritos,
aunque posee extensiones de piretro
y una sangrante historia de eucaliptos.
Piense:
de qué le sirve el agua,
si usted no siente sed ni de «chiripa».
Cuando se muera usted,
si usted no sabe
lo que es morir en vida,
usted se habrá perdido lo mejor,
no habrá pasado «lindo».
Habrá vivido como las estatuas
sirviendo inútilmente
de fondo
al infinito.
EL HABITANTE DE LAS PRADERAS RUMIANI
Cuando el estómago está satisfecho
al corazón le parece la vida menos dura.
¡Oh, Tonto Corazón!
Una roja manzana te seduce
más que cualquier pintura neorreal,
ante un plato prosaico de sardinas
te pones a dar saltos de alegría;
hablas bien de la vida
y mucho más.
Pero tienes razón:
Eres de carne,
de sed, de sangre y sal.
Envuelto vienes en el papel del hambre
y con hambre infinita de infinito te vas.
Comamos, corazón, aunque sea huesos;
bebamos, corazón, aunque sea el vino
de las uvas más verdes que nos dan.
¡Sólo los ángeles viven de armonías!
Pero tú, corazón, vives de pan.
FUENTE: http://ecuadorliteratura.homestead.com/files/poesia/anamariaiza.htm
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