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martes, 22 de septiembre de 2015
lunes, 21 de septiembre de 2015
Poemas de Humberto Fierro.
SIRINGA
Turbó tu risa de cristal sonoro
Al mirlo que habló perlas al jardín,
Y el Céfiro sahumaba de jazmín
Alborotando tu cabello moro.
Al mirlo que habló perlas al jardín,
Y el Céfiro sahumaba de jazmín
Alborotando tu cabello moro.
Bajo la nervazón del sicomoro
El Grifo festoneado de Verdín,
Prorrumpió en un alegro de violín
Al inundar tu ánfora de oro . . .
El Grifo festoneado de Verdín,
Prorrumpió en un alegro de violín
Al inundar tu ánfora de oro . . .
Pan chispeaba sus ojos, en acecho
Del nacarado ritmo de tu pecho ...
Y al ocultarse de él como de un tigre
Del nacarado ritmo de tu pecho ...
Y al ocultarse de él como de un tigre
En el margen del río, a poco trecho,
Te trocaste en la caña de que ha hecho
Su flauta azul a que la tarde emigre!
Te trocaste en la caña de que ha hecho
Su flauta azul a que la tarde emigre!
TIERRA ALTA
Tarde.
El paisaje de selvas y peñones
cruza un vuelo de cóndores nevados,
que hacia los horizontes incendiados
se funde en tenebrosos nubarrones.
cruza un vuelo de cóndores nevados,
que hacia los horizontes incendiados
se funde en tenebrosos nubarrones.
Y el cerro colosal que en los pedrones
afianza sus témpanos rajados,
vierte un río de gritos desolados
en el vórtice de hondas atracciones.
afianza sus témpanos rajados,
vierte un río de gritos desolados
en el vórtice de hondas atracciones.
De repente, un picacho desprendido
baja a los arenales, rumoroso
como un tropel inmenso de corceles.
baja a los arenales, rumoroso
como un tropel inmenso de corceles.
Muere el día. Un venado sorprendido
abandona el barranco pedregoso ...
y el agudo ladrar de los lebreles.
abandona el barranco pedregoso ...
y el agudo ladrar de los lebreles.
Crepúsculo.
Han callado los mirlos. La infinita
melancolía de la tarde quieta
se entra en el alma, como en la ancha grieta
el agua que la peña precipita.
Han callado los mirlos. La infinita
melancolía de la tarde quieta
se entra en el alma, como en la ancha grieta
el agua que la peña precipita.
Hace frío, y en torno a la casita
casi nublada de la loma escueta,
cada alondra parece una saeta,
y el rosado del cielo se marchita.
casi nublada de la loma escueta,
cada alondra parece una saeta,
y el rosado del cielo se marchita.
El viento arrecia. Los caballos hinchan
sus narices y soplan y relinchan
hacia el bajío de la tierra maga...
sus narices y soplan y relinchan
hacia el bajío de la tierra maga...
... Y la luz tiene algo de piadosa:
parece una mirada cariñosa,
una mirada que al morirse embriaga. . .
parece una mirada cariñosa,
una mirada que al morirse embriaga. . .
FUENTE: http://ecuadorliteratura.homestead.com/files/poesia/humbertofierro.htm
Poemas de Medardo Ángel Silva.
Aniversario
Hoy cumpliré veinte años. Amargura sin nombre
de dejar de ser niño y empezar a ser hombre;
de razonar con lógica y proceder según
los Sanchos, profesores del sentido común.
Me son duros mis años y apenas si son veinte-
ahora se envejece tan prematuramente;
se vive tan de prisa, pronto se va tan lejos
que repentinamente nos encontramos viejos
en frente de las sombras, de espaldas a la aurora
y solos con la esfinge siempre interrogadora.
¡Oh madrugadas rosas, olientes a campiña
y a flor virgen; entonces estaba el alma niña
y el canto de la boca fluía de repente
y el reír sin motivo era cosa corriente!
Iba a la escuela por el más largo camino
tras dejar soñoliento la sábana de lino
y la cama bien tibia, cuyo recuerdo halaga
sólo al pensarlo ahora; aquel San Luis Gonzaga
de pupilas azules y rubia cabellera
que velaba los sueños desde la cabecera.
Aunque íbamos despacio, al fin la callejuela
acababa y estábamos enfrente de la escuela
con el "Mantilla" bien oculto bajo el brazo
y haciendo en el umbral mucho más lento el paso,
y entonces era el ver la calle más bonita,
más de oro el sol, más fresca la alegre mañanita.
Y después, en el aula con qué mirada inquieta
se observaban las huellas rojas de la palmeta
sonriendo, no sin cierto medroso escalofrío,
de la calva del dómine y su ceño sombrío.
Pero, ¿quién atendía a las explicaciones?
Hay tanto que observar en los negros rincones
y, además, es mejor contemplar los gorriones
en los nidos, seguir el áureo derrotero
de un rayito de sol o el girar bullanguero
de un insecto vestido de seda rubia o una
mosca de vellos de oro y alas de color de luna.
El sol es el amigo más bueno de la infancia;
nos miente tantas cosas bellas a la distancia,
tiene un brillar tan lindo de onza nueva! Reparte
tan bien su oro que nadie se queda sin su parte;
y por él no atendíamos a las explicaciones.
Ese brujo Aladino evocaba visiones
de las mil y una noches -de las mil maravillas-
y beodas de sueño nuestras almas sencillas
sin pensar, extendían sus manos suplicantes
como quien busca a tientas puñados de brillantes.
Oh, los líricos tiempos de la gorra y la blusa
y de la cabellera rebelde que rehúsa
la armonía de aquellos peinados maternales,
cuando íbamos vestidos de ropa nueva a Misa
dominical, y pese a los serios rituales,
al ver al monaguillo soltábamos la risa.
Oh, los juegos con novias de traje a las rodillas,
los besos inocentes que se dan a hurtadillas
a la bebé amorosa de diez o doce años,
y los sedeños roces de los rizos castaños
y las rimas primeras y las cartas primeras
que motivan insomnios y producen ojeras.
¡Adolescencia mía! te llevas tantas cosas,
¡que dudo si ha de darme la juventud más rosas!,
¡y siento como nunca la tristeza sin nombre,
de dejar de ser niño y empezar a ser hombre!
Hoy no es la adolescente mirada y risa franca
sino el cansado gesto de precoz amargura,
y está el alma, que fuera una paloma blanca,
triste de tantos sueños y de tanta lectura...!
Hoy cumpliré veinte años. Amargura sin nombre
de dejar de ser niño y empezar a ser hombre;
de razonar con lógica y proceder según
los Sanchos, profesores del sentido común.
Me son duros mis años y apenas si son veinte-
ahora se envejece tan prematuramente;
se vive tan de prisa, pronto se va tan lejos
que repentinamente nos encontramos viejos
en frente de las sombras, de espaldas a la aurora
y solos con la esfinge siempre interrogadora.
¡Oh madrugadas rosas, olientes a campiña
y a flor virgen; entonces estaba el alma niña
y el canto de la boca fluía de repente
y el reír sin motivo era cosa corriente!
Iba a la escuela por el más largo camino
tras dejar soñoliento la sábana de lino
y la cama bien tibia, cuyo recuerdo halaga
sólo al pensarlo ahora; aquel San Luis Gonzaga
de pupilas azules y rubia cabellera
que velaba los sueños desde la cabecera.
Aunque íbamos despacio, al fin la callejuela
acababa y estábamos enfrente de la escuela
con el "Mantilla" bien oculto bajo el brazo
y haciendo en el umbral mucho más lento el paso,
y entonces era el ver la calle más bonita,
más de oro el sol, más fresca la alegre mañanita.
Y después, en el aula con qué mirada inquieta
se observaban las huellas rojas de la palmeta
sonriendo, no sin cierto medroso escalofrío,
de la calva del dómine y su ceño sombrío.
Pero, ¿quién atendía a las explicaciones?
Hay tanto que observar en los negros rincones
y, además, es mejor contemplar los gorriones
en los nidos, seguir el áureo derrotero
de un rayito de sol o el girar bullanguero
de un insecto vestido de seda rubia o una
mosca de vellos de oro y alas de color de luna.
El sol es el amigo más bueno de la infancia;
nos miente tantas cosas bellas a la distancia,
tiene un brillar tan lindo de onza nueva! Reparte
tan bien su oro que nadie se queda sin su parte;
y por él no atendíamos a las explicaciones.
Ese brujo Aladino evocaba visiones
de las mil y una noches -de las mil maravillas-
y beodas de sueño nuestras almas sencillas
sin pensar, extendían sus manos suplicantes
como quien busca a tientas puñados de brillantes.
Oh, los líricos tiempos de la gorra y la blusa
y de la cabellera rebelde que rehúsa
la armonía de aquellos peinados maternales,
cuando íbamos vestidos de ropa nueva a Misa
dominical, y pese a los serios rituales,
al ver al monaguillo soltábamos la risa.
Oh, los juegos con novias de traje a las rodillas,
los besos inocentes que se dan a hurtadillas
a la bebé amorosa de diez o doce años,
y los sedeños roces de los rizos castaños
y las rimas primeras y las cartas primeras
que motivan insomnios y producen ojeras.
¡Adolescencia mía! te llevas tantas cosas,
¡que dudo si ha de darme la juventud más rosas!,
¡y siento como nunca la tristeza sin nombre,
de dejar de ser niño y empezar a ser hombre!
Hoy no es la adolescente mirada y risa franca
sino el cansado gesto de precoz amargura,
y está el alma, que fuera una paloma blanca,
triste de tantos sueños y de tanta lectura...!
El alma en los labios
A mi amada
Cuando de nuestro amor la llama apasionada
dentro tu pecho amante contemple ya extinguida,
ya que solo por ti la vida me es amada,
el día en que me faltes, me arrancaré la vida.
Porque mi pensamiento, lleno de este cariño,
que en una hora feliz me hiciera esclavo tuyo.
Lejos de tus pupilas es triste como un niño
que se duerme, soñando en tu acento de arrullo.
Para envolverte en besos quisiera ser el viento
y quisiera ser todo lo que tu mano toca;
ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento
para poder estar más cerca de tu boca.
Vivo de tu palabra y eternamente espero
llamarte mía como quien espera un tesoro.
lejos de ti comprendo lo mucho que te quiero
y, besando tus cartas, ingenuamente lloro.
Perdona que no tenga palabras con que pueda
decirte la inefable pasión que me devora;
para expresar mi amor solamente me queda
rasgarme el pecho, Amada, y en tus manos de seda
¡dejar mi palpitante corazón que te adora!
FUENTE: http://www.ciudadseva.com/textos/poesia/ha/silva_medardo/el_alma_en_los_labios.htm
Poemas de Arturo Borja Pérez.
POEMA ROSA LIRICA
Dedicado a.
Prenda sobre tu seno esta rosada rosa,
ebria de brisa y ebria de caricia de sol;
para que su alma entera se deshoje amorosa
sobre la roja y virgen flor de tu corazón.
Tu hermana Primavera cante un aria gloriosa
ensalzando tus quince años en flor;
y las Hadas, en coro, celebren la armoniosa
gracia de tu mirada de luz y de fulgor.
Que el Ideal te guíe por todos tus caminos,
él, a su vez, guiado por tus ojos divinos
y que anide por siempre en tu alma el amor.
Para que sea tu vida bella como la rosa
rosada y perfumada que se muere amorosa
sobre la roja y virgen flor de tu corazón.
Mi juventud se torna grave…
Mi juventud se torna grave y serena como
un vespertino trozo de paisaje en el agua:
la ebullición sonora de aquel primer asomo
primaveral, deshízose lentamente en mi fragua…
Tu risa de oro, de cristal, de plata,
rememora un scherzo ya lejano…
En su risa hay un eco de sonata,
de pizzicato de violín tzigano.
FUENTE: http://suenosdepapel.tumblr.com/post/43111906582/arturo-borja-poeta-ecuatoriano
Decapitados
ERNESTO NOBOA Y CAAMAÑO.
EMOCION VESPERALA MANUEL ARTETA, COMO A UN HERMANO
Hay tardes en las que uno desearía
embarcarse y partir sin rumbo cierto,
y, silenciosamente, de algún puerto,
irse alejando mientras muere el día;
embarcarse y partir sin rumbo cierto,
y, silenciosamente, de algún puerto,
irse alejando mientras muere el día;
Emprender una larga travesía
y perderse después en un desierto
y misterioso mar, no descubierto
por ningún navegante todavía.
y perderse después en un desierto
y misterioso mar, no descubierto
por ningún navegante todavía.
Aunque uno sepa que hasta los remotos
confines de los piélagos ignotos
le seguirá el cortejo de sus penas,
confines de los piélagos ignotos
le seguirá el cortejo de sus penas,
Y que, al desvanecerse el espejismo,
desde las glaucas ondas del abismo
le tentarán las últimas sirenas.
desde las glaucas ondas del abismo
le tentarán las últimas sirenas.
EGO SUM
Amo todo lo extraño, amo todo lo exótico;
lo equívoco y morboso, lo falso y lo anormal:
tan sólo calmar pueden mis nervios de neurótico
la ampolla de morfina y el frasco de cloral.
lo equívoco y morboso, lo falso y lo anormal:
tan sólo calmar pueden mis nervios de neurótico
la ampolla de morfina y el frasco de cloral.
Amo las cosas mustias, aquel tinte clorótico
de hampones y rameras, pasto del hospital.
En mi cerebro enfermo, sensitivo y caótico,
como araña poeana, teje su red el mal.
de hampones y rameras, pasto del hospital.
En mi cerebro enfermo, sensitivo y caótico,
como araña poeana, teje su red el mal.
No importa que los otros me huyan. El aislamiento
es propicio a que nazca la flor del sentimiento:
el nardo del ensueño brota en la soledad.
es propicio a que nazca la flor del sentimiento:
el nardo del ensueño brota en la soledad.
No importa que me nieguen los aplausos humanos
si me embriaga la música de los astros lejanos
y el batir de mis alas sobre la realidad.
si me embriaga la música de los astros lejanos
y el batir de mis alas sobre la realidad.
FUENTE: http://ecuadorliteratura.homestead.com/files/poesia/ernestonoboa.htm
Poemas de Carlos Eduardo Jaramillo.
LOS VERGONZANTES
Hay un pequeño museo de monstruos
que cada quien oculta al fondo
de su corazón o su deseo,
culpables de no olvidar
como si no tuviéramos suficiente
con el agua sucia que hay que beber todos los días
para aplacar la sed de vivir
monstruos que alguna vez se atreven
a dar tímidos saltos aberrantes
como diciendo: "acostumbraos a nosotros.
Somos vuestra íntima parentela".
Hay un pequeño museo vivo y vergonzante
que se tiene alguna vez que revisar
para apaciguar el brillo
de nuestra imagen sobre los espejos.
Para que nos alcance
la gracia de la humildad de los manchados
negada al ángel
cuyo terrible castigo
es no poder amar.
que cada quien oculta al fondo
de su corazón o su deseo,
culpables de no olvidar
como si no tuviéramos suficiente
con el agua sucia que hay que beber todos los días
para aplacar la sed de vivir
monstruos que alguna vez se atreven
a dar tímidos saltos aberrantes
como diciendo: "acostumbraos a nosotros.
Somos vuestra íntima parentela".
Hay un pequeño museo vivo y vergonzante
que se tiene alguna vez que revisar
para apaciguar el brillo
de nuestra imagen sobre los espejos.
Para que nos alcance
la gracia de la humildad de los manchados
negada al ángel
cuyo terrible castigo
es no poder amar.
PROCLAMA SOBRE LOS ANGELES
Quisiera no tener el corazón tan a la vista,
aspirar el aroma de la flor a través de una larga
trompa de elefante.
Quisiera que Dios se multiplicara por partenogénesis
y hubiera un redentor para la piedra,
otro para las bestias,
otro para los árboles.
Y puesto que el agua y el fuego son purificadores
la satisfacción de la sed nos lleve a la pureza,
la enfermedad al bien,
la desesperación a la sabiduría.
Quisiera que todos dejen de gritar,
que cada cual tome lo que necesite
y nada más de lo que necesite.
Pero entonces los números serían inútiles
e inútiles las previsiones del porvenir.
Pero entonces habríamos
dejado de ser hombres.
Y el castigo del ángel habría terminado.
aspirar el aroma de la flor a través de una larga
trompa de elefante.
Quisiera que Dios se multiplicara por partenogénesis
y hubiera un redentor para la piedra,
otro para las bestias,
otro para los árboles.
Y puesto que el agua y el fuego son purificadores
la satisfacción de la sed nos lleve a la pureza,
la enfermedad al bien,
la desesperación a la sabiduría.
Quisiera que todos dejen de gritar,
que cada cual tome lo que necesite
y nada más de lo que necesite.
Pero entonces los números serían inútiles
e inútiles las previsiones del porvenir.
Pero entonces habríamos
dejado de ser hombres.
Y el castigo del ángel habría terminado.
FUENTE: http://ecuadorliteratura.homestead.com/files/poesia/cejaramillo.htm?%3Ecarlos%20eduardo%20jaramillo%3C/a%3E%20(ecuador),%20%3Ca%20href=/
Poemas de Cristian Avecillas Sigüenza.
De Todos los cadáveres soy yo
1
Mi victoria, no juzgarme,
Transformar en verso mi cadáver.
Ingresar en la plomiza infancia,
Huérfano de sangre,
Y sentir la arteria seca, irrigándome palabras…
Oficiar el verso en mi cadáver.
2
Y decir serenamente:
Ya estoy muerto, dios ya no me miente.
Y sentir como se agranda el firmamento
Con los astros de la piel deshecha.
4
La mejor manera de ser cuerpo es no ser cuerpo,
Cristian Avecillas Sigüenza Poemas www.artepoetica.net 1
Ser lenguaje:
Solo un muerto puede sugerir la sombra.
5
Amé la vida:
Puedo concentrar en mí toda la muerte.
Amé ser hombre:
Soy capaz de toda soledad.
Desde aquí podré lanzar mi flor al mundo,
Mi poética de versos exhumados…
Todos los demás son bienvenidos al poema,
A exiliarse del humano tiempo para ser parte del tiempo.
Toda cosa puede hallar aquí su origen.
8
Este es el espacio en donde no se teme a nadie,
Donde destruir es el sudar por otros
Y sudar, matar al yo para alcanzar un movimiento.
Este es el lugar donde lo ajeno es imposible,
Donde el hombre se eterniza depurándose de dioses.
FUENTE: http://www.artepoetica.net/Crsitian_Avencillas.pdf
1
Mi victoria, no juzgarme,
Transformar en verso mi cadáver.
Ingresar en la plomiza infancia,
Huérfano de sangre,
Y sentir la arteria seca, irrigándome palabras…
Oficiar el verso en mi cadáver.
2
Y decir serenamente:
Ya estoy muerto, dios ya no me miente.
Y sentir como se agranda el firmamento
Con los astros de la piel deshecha.
4
La mejor manera de ser cuerpo es no ser cuerpo,
Cristian Avecillas Sigüenza Poemas www.artepoetica.net 1
Ser lenguaje:
Solo un muerto puede sugerir la sombra.
5
Amé la vida:
Puedo concentrar en mí toda la muerte.
Amé ser hombre:
Soy capaz de toda soledad.
Desde aquí podré lanzar mi flor al mundo,
Mi poética de versos exhumados…
Todos los demás son bienvenidos al poema,
A exiliarse del humano tiempo para ser parte del tiempo.
Toda cosa puede hallar aquí su origen.
8
Este es el espacio en donde no se teme a nadie,
Donde destruir es el sudar por otros
Y sudar, matar al yo para alcanzar un movimiento.
Este es el lugar donde lo ajeno es imposible,
Donde el hombre se eterniza depurándose de dioses.
FUENTE: http://www.artepoetica.net/Crsitian_Avencillas.pdf
Poemas de David Ledesma Vasquez.
TEORÍA DE LA LLAMA
Ya no soy más
el hijo de mis padres,
sobrino de mis tías,
nieto de mi abuela;
el ciudadano
que portaba la cédula
número 1317284,
que -en pie- cantaba un himno nacional
y que firmó: David Ledesma
sobre cartas
y cheques
y canciones.
He muerto en mí para resucitarme.
Un nuevo ser me viste.
Ya no puedo decir que soy un hombre
ni que vivo en tal parte,
ni que amo,
ni que soy. Ya no soy.
Me transfiguro
en una entera llama de Poesía
que arde,
crepita
y ruge
desde adentro.
Puedo tener un rostro como un viento,
un hueso como un río,
una muerte como una canción.
Mi ser no es esta costra.
No soy yo.
Ni es mi familia.
Ni es mi pueblo. Ni
es siquiera mi nombre.
Es un espacio luminoso y puro.
Un punto indefinido.
Intangible.
Inasible.
Indescriptible.
Una partícula
de fuerza,
de combate
que me nutre con sus tremendas brasas.
Ahora puedo morir,
puedo vivir también,
sobre mi cuerpo pueden caer piedras,
puede, bajo mis plantas hundirse el suelo:
y no caeré,
ni sufriré dolor.
La Llama me alimenta.
Me sostiene.
Estoy enteramente poseído
de una fuerza que es magia
y armonía.
No busco las palabras hermosas,
ni quiero los sentimientos nobles;
no busco ni siquiera el tono melodioso de la voz,
no busco nada,
mi voz es parte de la Llama,
es un instrumento al servicio de la Llama.
Y este fuego letal,
sagrado,
inexplicable,
me nutre y me posee.
Y ardo
nada más.
Tocado estoy de Gracia y de Misterio.
el hijo de mis padres,
sobrino de mis tías,
nieto de mi abuela;
el ciudadano
que portaba la cédula
número 1317284,
que -en pie- cantaba un himno nacional
y que firmó: David Ledesma
sobre cartas
y cheques
y canciones.
He muerto en mí para resucitarme.
Un nuevo ser me viste.
Ya no puedo decir que soy un hombre
ni que vivo en tal parte,
ni que amo,
ni que soy. Ya no soy.
Me transfiguro
en una entera llama de Poesía
que arde,
crepita
y ruge
desde adentro.
Puedo tener un rostro como un viento,
un hueso como un río,
una muerte como una canción.
Mi ser no es esta costra.
No soy yo.
Ni es mi familia.
Ni es mi pueblo. Ni
es siquiera mi nombre.
Es un espacio luminoso y puro.
Un punto indefinido.
Intangible.
Inasible.
Indescriptible.
Una partícula
de fuerza,
de combate
que me nutre con sus tremendas brasas.
Ahora puedo morir,
puedo vivir también,
sobre mi cuerpo pueden caer piedras,
puede, bajo mis plantas hundirse el suelo:
y no caeré,
ni sufriré dolor.
La Llama me alimenta.
Me sostiene.
Estoy enteramente poseído
de una fuerza que es magia
y armonía.
No busco las palabras hermosas,
ni quiero los sentimientos nobles;
no busco ni siquiera el tono melodioso de la voz,
no busco nada,
mi voz es parte de la Llama,
es un instrumento al servicio de la Llama.
Y este fuego letal,
sagrado,
inexplicable,
me nutre y me posee.
Y ardo
nada más.
Tocado estoy de Gracia y de Misterio.
Me decían los chicos de la escuelas
-Aprende la aritmética.
-David, estudia la aritmética...
-Tú no sabes aritmética. ¡Eres tonto!
Me gritaba mi padre diariamente:
-Estudia la aritmética,
¡aprende la aritmética!...
Si no sabes la tabla de sumar,
no irás al cine el domingo,
ni al carrousel, ni al foot-ball...
Hay que saber que dos y dos son cuatro
para poder vivir.
Me rogaba mi madre, entristecida:
-Aprende la aritmética,
estudia la aritmética:
si no sabes restar y dividir
no tendrás un futuro,
ni dinero, ni casa, ni amigos, ni coche...
Y no aprendí las tablas de aritmética.
Ni he logrado el futuro, ni el coche, ni el amigo;
pero he tomado todos los dones de la Vida,
gozándolos intensa y plenamente.
FUENTE: http://ecuadorliteratura.homestead.com/files/poesia/davidledesma.htm
Poemas de Aleyda Quevedo Rojas.
POEMA DEL DESEO
Lobos negros en las montañas
se juntan al acecho
Carne dulce
para los sonidos de la tierra baldía
el hilo mortal y denso de la saliva
Lobos surgidos en la penumbra
allí donde las montañas se juntan
y el deseo llama al deseo.
ALGUNAS ROSAS VERDES
Esta mujer de hechizos
de mentiras y
yeso
teje las medias
más cálidas
para el día
de su muerte
Una cruz
una caja de madera
algunas rosas verdes
esperan por ella
No hay temor
a la muerte
Solo pido
sea justa.
FUENTE: http://odiseoenelerebo.blogspot.com/2013/02/poemas-de-aleyda-quevedo-rojas-quito.html
Poemas de Alfonso Murriagui.
DESDE EL OJO DEL ÁRBOL
Agazapado, tenso,
con el huracán en el ojo,
camino sobre el mundo
con la esperanza
de que un hombre nuevo
se levante.
Sabemos que la quietud
no sirve
para sacar las espinas
que mantienen despierto
al intestino,
ni que los dos maderos
que clavan mi otro yo
pueden oscurecer el rayo cenital
que habita en los caminos.
Si estuviera inmaduro,
buscaría un pretexto
para decapitar al pez
que viaja rectilíneo,
o dejaría que se mantenga
quieto el rascacielos
que juega en la sombra
del agua.
Pero sabemos
que vienen otros tiempos,
que la memoria
ya no está deslumbrada
y que los dientes
son piedras preparadas
para romper
el miedo que nos ata.
Por eso poco importan
los minutos de espera,
si sabemos que viene
la innovación secreta,
en el ojo del árbol
o en la raíz del agua.
LA HORA DE LOS CONEJOS
En la noche,
cuando tienes sumergida
la caricia
en un nudo de arena,
cuando de tu presencia
solo habla
la huella de la luciérnaga,
buscas la voz del fuego
para alumbrar tu rostro.
En la noche,
cuando desfilas por la hierba
en busca de tu hermano
y bañas tus recuerdos
en las alas viajeras
de tu ancestro,
desconoces el nombre
que te pusieron
dos veces al revés
para ocultar tu nombre
.
Cuidas tu noche
porque sabes que servirá
para escapar del látigo,
para contar los capulíes
y dar vuelta al mensaje
que danza en la fogata.
Tu vienes por la noche
y tus manos
se van por las veredas
buscando las huellas
de los conejos
o la cascada gris
de la neblina.
Por eso tienes
las rodillas en punta,
la lengua afilada
para beber las sombras
y los brazos atentos
para decapitar los grillos
que te espantan.
FUENTE: http://poesiadeecuador.blogspot.com/2007/11/alfonso-murriagui.html
Agazapado, tenso,
con el huracán en el ojo,
camino sobre el mundo
con la esperanza
de que un hombre nuevo
se levante.
Sabemos que la quietud
no sirve
para sacar las espinas
que mantienen despierto
al intestino,
ni que los dos maderos
que clavan mi otro yo
pueden oscurecer el rayo cenital
que habita en los caminos.
Si estuviera inmaduro,
buscaría un pretexto
para decapitar al pez
que viaja rectilíneo,
o dejaría que se mantenga
quieto el rascacielos
que juega en la sombra
del agua.
Pero sabemos
que vienen otros tiempos,
que la memoria
ya no está deslumbrada
y que los dientes
son piedras preparadas
para romper
el miedo que nos ata.
Por eso poco importan
los minutos de espera,
si sabemos que viene
la innovación secreta,
en el ojo del árbol
o en la raíz del agua.
LA HORA DE LOS CONEJOS
En la noche,
cuando tienes sumergida
la caricia
en un nudo de arena,
cuando de tu presencia
solo habla
la huella de la luciérnaga,
buscas la voz del fuego
para alumbrar tu rostro.
En la noche,
cuando desfilas por la hierba
en busca de tu hermano
y bañas tus recuerdos
en las alas viajeras
de tu ancestro,
desconoces el nombre
que te pusieron
dos veces al revés
para ocultar tu nombre
.
Cuidas tu noche
porque sabes que servirá
para escapar del látigo,
para contar los capulíes
y dar vuelta al mensaje
que danza en la fogata.
Tu vienes por la noche
y tus manos
se van por las veredas
buscando las huellas
de los conejos
o la cascada gris
de la neblina.
Por eso tienes
las rodillas en punta,
la lengua afilada
para beber las sombras
y los brazos atentos
para decapitar los grillos
que te espantan.
FUENTE: http://poesiadeecuador.blogspot.com/2007/11/alfonso-murriagui.html
Poemas de Ana Maria Iza.
HABLANDO EN SERIO
Hablemos de usted.
Usted no vale céntimo,
si usted no ha sido albañil,
zapato chueco,
huérfano.
Espejo de mil caras,
cuchillo de mil filos,
abogado de pobres
y nigua al mismo tiempo.
Usted
debe aprender a vivir,
no confíe ni en su mamá
y tenga a mano un perro.
Usted
posiblemente
no llegará a Presidente de la República,
ni a ocupar
un importante puesto en el Distrito.
No importa,
a lo mejor su país
no tiene distritos,
aunque posee extensiones de piretro
y una sangrante historia de eucaliptos.
Piense:
de qué le sirve el agua,
si usted no siente sed ni de «chiripa».
Cuando se muera usted,
si usted no sabe
lo que es morir en vida,
usted se habrá perdido lo mejor,
no habrá pasado «lindo».
Habrá vivido como las estatuas
sirviendo inútilmente
de fondo
al infinito.
EL HABITANTE DE LAS PRADERAS RUMIANI
Cuando el estómago está satisfecho
al corazón le parece la vida menos dura.
¡Oh, Tonto Corazón!
Una roja manzana te seduce
más que cualquier pintura neorreal,
ante un plato prosaico de sardinas
te pones a dar saltos de alegría;
hablas bien de la vida
y mucho más.
Pero tienes razón:
Eres de carne,
de sed, de sangre y sal.
Envuelto vienes en el papel del hambre
y con hambre infinita de infinito te vas.
Comamos, corazón, aunque sea huesos;
bebamos, corazón, aunque sea el vino
de las uvas más verdes que nos dan.
¡Sólo los ángeles viven de armonías!
Pero tú, corazón, vives de pan.
FUENTE: http://ecuadorliteratura.homestead.com/files/poesia/anamariaiza.htm
Poemas de Ana Cecilia Blum.
POETICUS
Escribo, porque no puedo pelear batallas con mis manos
y el lápiz -a veces- apunta mejor que la escopeta.
Escribo, porque el verbo escribir suena a única certeza,
y es ruta sin distancias, y es cuerpo sin virus.
Escribo, porque la hoja en blanco es un gato feral
y debo recogerlo, alimentarlo, darle guarida, amarlo.
Escribo, porque los adjetivos acechan y cuando matan,
también dan vida; porque el lugar común no me asusta
y lo que se ha dicho mil veces, igual salpica su encanto.
Escribo, porque todo en mí es un desencuentro:
los terminales se mudan, las calles cambian de nombre,
y nunca atino estaciones, horarios o trabajos, retornos o partidas.
Escribo, porque aunque duele, no duele tanto.
Escribo, para llenar los cántaros,
limpiar los espejos,
empuñar los espacios,
caminar los laberintos.
Escribo, para no morirme de pena.
Por eso escribo…
LA QUE SE FUE
Camina en otras calles.
Sucumbe en otra lengua.
Lejos de su casa,
escoltada por el anonimato,
con la alforja vacía de país y herencia
asiste
al velatorio del espejismo.
Entre los monumentos de la muerte
ha olvidado:
de qué savia está hecha su sangre,
de qué oficio se yerguen sus huesos.
No quiso retornar cuando pudo,
es tarde
para alcanzar las carabelas.
Lo que dejó
se lo comió el apetito de la ausencia.
Volver al mismo mar
es volver al desencuentro.
FUENTE: http://www.literaturaecuatoriana.info/anaceciliablum.html
Escribo, porque no puedo pelear batallas con mis manos
y el lápiz -a veces- apunta mejor que la escopeta.
Escribo, porque el verbo escribir suena a única certeza,
y es ruta sin distancias, y es cuerpo sin virus.
Escribo, porque la hoja en blanco es un gato feral
y debo recogerlo, alimentarlo, darle guarida, amarlo.
Escribo, porque los adjetivos acechan y cuando matan,
también dan vida; porque el lugar común no me asusta
y lo que se ha dicho mil veces, igual salpica su encanto.
Escribo, porque todo en mí es un desencuentro:
los terminales se mudan, las calles cambian de nombre,
y nunca atino estaciones, horarios o trabajos, retornos o partidas.
Escribo, porque aunque duele, no duele tanto.
Escribo, para llenar los cántaros,
limpiar los espejos,
empuñar los espacios,
caminar los laberintos.
Escribo, para no morirme de pena.
Por eso escribo…
LA QUE SE FUE
Camina en otras calles.
Sucumbe en otra lengua.
Lejos de su casa,
escoltada por el anonimato,
con la alforja vacía de país y herencia
asiste
al velatorio del espejismo.
Entre los monumentos de la muerte
ha olvidado:
de qué savia está hecha su sangre,
de qué oficio se yerguen sus huesos.
No quiso retornar cuando pudo,
es tarde
para alcanzar las carabelas.
Lo que dejó
se lo comió el apetito de la ausencia.
Volver al mismo mar
es volver al desencuentro.
FUENTE: http://www.literaturaecuatoriana.info/anaceciliablum.html
Poemas de Antonio Preciado Bedoya.
YO Y MI SOMBRA
Por cierto,
si te fueras
me quedaría solo
y no habría en el mundo soledad más completa.
Lo digo porque temo
que llegues a cansarte de ser como yo soy
o que tal vez descubras
que vamos a pasar sobre nuevos abismos
y entonces te dé miedo
de aquí en adelante
seguirme la carrera.
Atrás,
tú bien lo sabes,
queda un largo camino
que has andado conmigo
como mi inseparable compañera,
has leído mis libros,
has bebido mi vino,
has comido en mi mesa;
en fin,
has hecho innumerables cosas mías
como esta de pasarte mis noches
escribiendo poemas.
A veces se me ocurre
que bien pudo gustarte tener algotra vida,
por ejemplo, ser blanca,
hacer cosas distintas,
oír música suave
y no andar alelada al son de mis tambores
desde que eras pequeña,
volverte contra mí,
ser anticomunista,
o por tu cuenta ir
cuando yo, en cambio, ya estaba de regreso;
pero no,
si hasta en mis malos ratos
siempre estuvo,
flaca,
comprometida,
al lado de mis culpas,
tu leal inocencia.
Definitivamente,
tú vales mucho más de lo que pesas.
Sombra mía,
sopórtame,
no me falles jamás,
yo soy tu cuerpo.
RECUERDOS DE LAS VIDAS QUE TODAVÍA NO VIVO
Lo que en verdad importa
es que aquí estemos todos
y que, a partir de todos,
los padres de mis padres,
los padres de los padres de mis padres,
y así por ese rumbo remoto al infinito,
hasta los más remotos de mis tatarabuelos
hayan salido a mí
y que conserven fresco,
patente
y vivo mi recuerdo;
lo mismo que los hijos de mis hijos,
los hijos de los hijos de mis hijos,
y así en lo sucesivo
en el otro infinito de los tataranietos,
cada uno, desde ahora, ya haya recibido
lo que tengo también de todos ellos.
Una memoria eterna
permanece en vigilia entre mis infinitos
en comunión conmigo,
en un solo desvelo,
esperando el pasado,
recordando el futuro
y ejercitando el incesante rito
de unir a tiempo en mí los dos extremos.
Por cierto,
si te fueras
me quedaría solo
y no habría en el mundo soledad más completa.
Lo digo porque temo
que llegues a cansarte de ser como yo soy
o que tal vez descubras
que vamos a pasar sobre nuevos abismos
y entonces te dé miedo
de aquí en adelante
seguirme la carrera.
Atrás,
tú bien lo sabes,
queda un largo camino
que has andado conmigo
como mi inseparable compañera,
has leído mis libros,
has bebido mi vino,
has comido en mi mesa;
en fin,
has hecho innumerables cosas mías
como esta de pasarte mis noches
escribiendo poemas.
A veces se me ocurre
que bien pudo gustarte tener algotra vida,
por ejemplo, ser blanca,
hacer cosas distintas,
oír música suave
y no andar alelada al son de mis tambores
desde que eras pequeña,
volverte contra mí,
ser anticomunista,
o por tu cuenta ir
cuando yo, en cambio, ya estaba de regreso;
pero no,
si hasta en mis malos ratos
siempre estuvo,
flaca,
comprometida,
al lado de mis culpas,
tu leal inocencia.
Definitivamente,
tú vales mucho más de lo que pesas.
Sombra mía,
sopórtame,
no me falles jamás,
yo soy tu cuerpo.
RECUERDOS DE LAS VIDAS QUE TODAVÍA NO VIVO
Lo que en verdad importa
es que aquí estemos todos
y que, a partir de todos,
los padres de mis padres,
los padres de los padres de mis padres,
y así por ese rumbo remoto al infinito,
hasta los más remotos de mis tatarabuelos
hayan salido a mí
y que conserven fresco,
patente
y vivo mi recuerdo;
lo mismo que los hijos de mis hijos,
los hijos de los hijos de mis hijos,
y así en lo sucesivo
en el otro infinito de los tataranietos,
cada uno, desde ahora, ya haya recibido
lo que tengo también de todos ellos.
Una memoria eterna
permanece en vigilia entre mis infinitos
en comunión conmigo,
en un solo desvelo,
esperando el pasado,
recordando el futuro
y ejercitando el incesante rito
de unir a tiempo en mí los dos extremos.
FUENTE:
http://www.omni-bus.com/n43/sites.google.com/site/omnibusrevistainterculturaln43/poesia-siglo-xx/antonio-preciado-bedoya.html
Poemas de Augusto Sacoto Arias.
LECTURA PARA LAS VIDRIERAS URBANAS
Con el alba de nuestros ojos,
desde los arrabales cosidos al paisaje con un cordel de lágrimas,
venimos
en brigadas
para nutrir de oxigeno al pulmón de la urbe.
Allá
quedaron nuestras madres:
esquemas de la angustia en las rayas de tiza de sus canas.
Y junto a los jardines de la escuela,
mirando cómo envasan su tinta los geranios,
nuestros hermanos pequeñitos.
Los voceadores ciegos
llevan en sus carpetas la claridad del mundo.
Em esta alba
que trajo su perfume de un insomnio de frutas,
alcemos con el alma
una palabra inmensa hecha de aristas.
que un 1º de Mayo hizo arder como tea la rosa de los vientos,
que es carmin em los lábios de nuestras novias pálidas,
que es nuestro pan, nuestra agua y nuestra lámpara:
ίRevolución!
Un día
no seremos
ni este silencio en marcha ni este pulso aún dócil,
sino una campanada de veinte años
y una bandera roja.
Nuestra nueva canción
ha de desentronar sus párpados de pólvora.
Se ha de crispar el aire.
ίQue lo sepan desde hoy las vidrieras urbanas!
ENCUESTA A LOS PUNTOS CARDINALES
Nadia:
El corazón me salta como un grillo
ante tus ojos que inauguran um kindergarten de luceros,
ante el alegre aturdimiento de las magnolias enfermeras,
ante la gran revista azul del Alba
que desde el primer día se há coleccionado
en la biblioteca de los ángeles.
Pero no olvidémonos de todo
mientras te dicte las preguntas
de una encuestra a los Puntos Cardinales
¿Por qué en los mares de la China
todavia los peces de colores
hacen soñar a los grumetes em que cada ola es un frutero?
¿Por qué toda pantera ciega
es solamente uma acuarela?
¿Por que el dueño de un huerto
en el último junio les dijo a las naranjas
que su mayor edade les permitia elegir cualquier clima?
¿Por qué los poetas pequeñitos de las ciudades de Groenlandia
Nunca nos han contado
que los tiernos ojos de las nutrias
son los últimos restos de sus leyendas de algas?
¿Por qué hasta hoy
ningún delicado historiador israelita
quiere descubrirnos la partida bautismal de la uva?
¿Por qué el mar condeno a los caracoles
a radiodifundir eternamente
la canción de las olas expatriadas?
Pero es inútil llegar com esta encueta
hasta la paz crucificada
de los cuatro Puntos Cardinales.
Hay que olividar todos los mapas
donde se orienta la Ternura,
hasta que en las gargantas encendidas
no madure el diamante de um nuevo himno...
Arrecia todavia
la lluvia amarga que no se predice en ningún calendário,
y que, sin embargo, es la historia íntegra
de cada estación de nuestros ojos.
Acaso mañana mismo, Nadia,
ya no podrá saludarnos el pordiosero de la esquina,
porque este instante se le agota
la tinta ideal de su pupila
del mismo modo que en tu pluma.fuente...
FUENTE: http://www.antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/ecuador/augusto_sacoto.html
miércoles, 16 de septiembre de 2015
lunes, 14 de septiembre de 2015
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